martes, 13 de noviembre de 2012

Impresionante.

Este texto no es mío, pero es tan precioso, que quería compartirlo con todos vosotros. Nunca me cansaré de leerlo. Disfrutad de él. :)



Hace unos días hicieron una encuesta a cien internautas para que votasen qué tres fotografías consideraban las más importantes de la historia.
La primera escogida era una instantánea de la bomba atómica lanzada sobre Nagasaki. La segunda, el hombre pisando por primera vez la Luna, pero la tercera fue la que más me gustó... Mostraba a dos enamorados besándose mientras el mundo gira a su alrededor. Me gusta saber que entre las tres fotos más importantes de la historia, están dos enamorados, congelados en un beso interminable, refugiados contra el olvido...
Quizás es eso lo que sentimos cuando vemos fotografías antiguas, que por ellas no pasa el tiempo, como esos mosquitos atrapados en ámbar durante millones de años... el mundo sigue adelante pero ellos se quedan allí, atrapados para siempre, sin cambiar, como las fotos guardadas en una caja de zapatos... instantáneas de otro tiempo..que nunca volverá.
Una vez le preguntaron a Lewis Haim, un fotógrafo de guerra, por qué había elegido esa profesión. Él contestó que si pudiese contar con palabras todo lo que veía, no necesitaría cargar todo el día con una cámara de fotos... Que ciertos momentos de belleza, de desolación, de horror y de heroísmo estaban mas allá de las palabras... Yo también lo creo, que hay cosas que no podemos explicar con simples palabras... Cosas como seguir vivo, sentimientos como el amor y el compromiso, o sensaciones como volver a abrazar a un amigo... Quizá por eso nuestra vida se compone de imágenes... Momentos congelados en el tiempo para siempre, de decisiones que cambian sin remedio el rumbo de las cosas, de fotografías fijas guardas en la memoria que nos recuerdan cada segundo lo hermoso que es vivir.