Y hoy los recuerdos me hacen echar un vistazo atrás, a aquel momento que lo cambió todo. Menuda coincidencia, ¿eh? Tantos lugares, tantas personas, tantos siglos... y fíjate, acabamos por cruzarnos tú y yo.
Hubo miedo al principio, miedo a comenzar a querer, miedo a arriesgarse demasiado por alguien a quién apenas conocías, alguien que nunca imaginaste que llegaría a significar tanto.
Quién sabe, tal vez me equivoque. Pero es imposible negar lo evidente, porque aunque tu boca diga que ya pasaste página, tus ojos me siguen diciendo que me echan de menos. Admítelo, tu sonrisa más bonita y sincera es la que yo te saco, y viceversa. Lo peor de todo es que te he encontrado, sé que eres tú la persona que hoy por hoy no hará que me aburra nunca, que pase el tiempo que pase conseguirá que me tiemblen las piernas con sólo rozarme, la persona con la cual pasaría horas y horas y por la que dejaría todos mis planes simplemente para ver cómo duermes. Que si, que soy tonta... pero no sé quererte de otra forma. Sólo sé quererte de esta manera incondicional e irracional que ha hecho que cambie mi orgullo por tu presencia.
Que tal vez no seré la última en tu vida, pero sé que fui la primera y eso, eso no me lo quitará nadie.