jueves, 8 de noviembre de 2012

¿Cómo te explico?

¿Y cómo te explico que eres mío, pero no eres de mi propiedad? ¿Cómo te explico que no te amo, pero que hacía muchísimo tiempo que no sentía esta necesidad por nadie? ¿Cómo te explico que los días sin ti son eternos, pero que verte me da miedo? ¿Cómo te explico que odio que hables con otras, pero que yo no puedo limitarme sólo a ti porque temo quedarme sola? ¿Cómo te explico que si tú caes, yo no quiero ir detrás.. pero que no podré evitarlo? ¿Cómo te explico que eres lo más bonito que me ha pasado este puto año, pero que eres lo que más días grises me ha dado también? ¿Cómo te explico que estoy celosa, pero que me da igual? ¿Cómo te explico que por orgullo no soy capaz de darle a "enviar" pero que estoy deseando hacerlo? ¿Cómo te explico que nunca te perdonaré ciertas cosas, pero que no puedo enfadarme contigo? ¿Cómo te explico que me encanta que me hagas enfadar, pero odio que me digas cosas que me duelen? ¿Cómo te explico que si no hablo contigo mis días están incompletos, pero que tampoco me voy a morir si no me hablas hoy? ¿Cómo te explico que me encanta verte, pero que odio hacerlo porque cada vez me gustas más? ¿Cómo te explico que quiero hacerte reír para que te enamores de mi, pero que cada vez que sonríes quien se enamora soy yo? ¿Cómo te explico me encanta recordar todo lo que hemos vivido, pero que odio hacerlo porque en el fondo duele? 


¿Cómo te explico que eres el puto amor de mi vida, si todavía no hemos sido capaces de decirnos "te quiero"?


miércoles, 7 de noviembre de 2012

Prohibido rendirse.

Hay momentos en la vida en los que todo parece que se te hace cuesta arriba, que cualquier meta parece más lejos de lo que nunca habías imaginado, que todo te sale mal, que cada paso cuesta más que el anterior, que tu vida se resume en un cúmulo de suspiros y de "¿por qué me pasa esto a mi?". Sientes miedo, frustración, desolación y cuando te miras al espejo ya no ves a la persona que soñaste un día ser. 
Pero, creces. Creces, maduras, y cada golpe te hace más fuerte. Con cada palo, te haces más invencible, cada desamor te enseña a controlar un poco más tus sentimientos y cada fracaso te hace valorar más cada victoria.
Lo que no te mata, te hace más fuerte. No somos perfectos, tampoco quiero serlo. Pero, ¿sabes qué? No soy de esas personas que se rinden, te dije que estaría aquí, que lucharía por ti, que no me dejaría vencer, que no tiraría la toalla, y que al fin... te conseguiría. No pienso romper esa promesa, porque.. te quiero.

martes, 6 de noviembre de 2012

Bipolaridad.

Tal vez sea esa bipolaridad lo que te hace interesante, lo que te hace único y lo que te caracteriza. Tal vez sea justamente eso lo que me gusta, y también lo que me asusta. Sonreírme, que se me caiga el mundo... enfadarte, y que el mundo me aplaste definitivamente. Contarme tonterías, evadir temas importantes. Controlarme, desaparecer. Como una montaña rusa, que sube, que baja, que traza piruetas invertidas y que al bajar.. te deja con la cabeza en otro sitio. Si, ese ejemplo es perfecto. Bajar del trayecto, y a pesar de lo mal que lo pasaste mientras descendías a toda velocidad con un giro de 360º, cuando bajas... sientes que tienes ganas de montarte otra vez. 
Tal vez sea eso, esa bipolaridad, puta bipolaridad que enamora.

lunes, 5 de noviembre de 2012

El verdadero amor.

Dicen que el verdadero amor existe y que es lo más maravilloso del mundo. Una persona que te cuida, que te ama, que te da el poder de poder destruirle con un simple "ya no es lo mismo". Y es que, cuando una mujer te deja verla sin maquillar, cuando ríe con sólo verte, una mujer que adora tus camisetas y las antepone a cualquier pijama de seda... es una mujer enamorada. Miles de tesoros en el mundo, 7 maravillas reconocidas como verdaderos paraísos, y para mí... el mayor tesoro eres tú y mi paraíso se encuentra entre tus brazos.
El amor verdadero, el que no pide nada a cambio y no para de dar, el que perdura aunque cambie la piel, el pelo, la vitalidad... el amor que no se agota con el tiempo, el amor que te llevas hasta el último suspiro.
El cuento que empezó con una mirada, y termina con... no, no termina.