miércoles, 5 de junio de 2013

Fuimos todo, fuimos la nada.

Y como dos idiotas prometimos querernos para siempre, como si fuera verdad eso de que podíamos cumplirlo. Nos prometimos no cambiar, como si la vida no diera giros inesperados.
Nos robamos sonrisas que cambiamos por sarcasmos, y nos comimos a besos cuando las palabras estaban de más.
Soñamos con estar cerca, con la posibilidad de que todo el esfuerzo sirviera para algo, con que fuera verdad esto que sin explicación había pasado.
Nos aferramos a un momento, un sólo instante que le daba sentido a todo pero que quedaba atrás con cada temor a decir lo que sentíamos, con cada temor a que nos hicieran daño.
Nos refugiamos entre promesas, nos perdimos entre el orgullo y el placer. Fuimos todo, fuimos la nada... y sobretodo, fuimos lo que nadie fue, lo que muchos hubieran querido y lo que sólo unos pocos se atrevieron a calificar.