Y sí, hoy tengo ganas de soltarlo todo, ¿sabes? Así que hablemos en plata. ¿Qué coño quieres? Es una duda, una puta duda que me consume.
No sé qué hacer, no sé qué pensar ni cómo actuar. No sé cómo interpretar tus palabras o actos ni sé ya si te conozco demasiado y por ello sé que eres impredecible por mucho que sepan de ti.
En realidad, creo que ni si quiera tú mismo te has parado a pensar qué quieres, y cómo y cuándo lo quieres. Pero es que ya no me importa el tiempo, ni el lugar, no me importa nada, sólo quiero ser el quién. Sí, ese "quién" al que elijas para todo. No me importa pasar por malas rachas, ya las hemos tenido. Que siendo sinceros, con tan sólo ver cómo duermes una noche entera, sería la niña más feliz del mundo. Que con tan sólo sentir tu respiración de nuevo, sentir el latido de tu corazón bailando con mi oído, dándome esa comodidad para alcanzar las nubes mientras sueño algo perfectamente imperfecto.
Igualmente, a veces no deseo que me quieras. No, porque sé que la vida da palos, porque sé que todo lo bueno casi siempre tiene un final y sé que esto sería precioso... no creo que pudiera soportar un final a algo tan hermoso.
Que me enamoré de tus imperfecciones, de tus tonterías, de tus "yo que va" de tus "eres la niña más estúpida que conozco" y de todas esas cosas que has hecho pero que a veces sólo he visto yo. Sí, tal vez debería haber hecho caso a los demás cuando decían que no me convenías, que eras una persona demasiado difícil, que me iba a costar muchísimo sacar algo de amor de ti, que tú no eras fácil de abrir. Se equivocaron en eso. Sé que lo hice, no sé cuánto duró, pero sé que estuve en tu corazón. Ahora, sólo tú tienes la respuesta cuando me pregunto si sigo ahí, si sigo teniendo un hueco dentro de ti.
Sólo tú puedes responder a esta puta pregunta: ¿Qué coño quieres?